Paradojas de la vida
vemos en cada momento,
almas sabias, generosas,
metidas en burdo cuerpo
que no dejan subir alto,
impidiendo alzar el vuelo.
Mientras estemos aquí
viviendo en este universo,
prisioneros de mil modos,
nunca dueños al completo,
alma y cuerpo van unidos,
para lo malo y lo bueno.
El día que se separan,
ese día estaremos muertos.
Por suerte, algunas veces
en dura pugna venciendo,
notamos que el alma vuela,
hasta donde lleva un sueño.
Viven entonces los dos
un instante placentero,
disfrutando haber llegado
finalmente a un acuerdo.
Dejemos que el alma vuele
buscando allí un mundo nuevo,
un mundo más generoso,
más humano, más fraterno,
donde el tú y el yo se igualen,
con amor limpio y sincero.
El egoísmo es estéril,
hace daño, nunca es bueno.
Dará ratos de placeres,
nunca alegría al completo.
Dejemos que juntos vuelen,
unidos siempre alma y cuerpo.
porque así fuimos creados,
para este mundo hoy nuestro.
El día que se separen,
ese día estamos muertos.
Cuando coinciden los dos
y viven un buen acuerdo,
podrán conseguir volar
hasta donde pide el sueño
y cumplir lo que desean,
vivir ansiados anhelos.
Es necesario en la vida,
tener unos sueños bellos
para poder conseguir
mejorar el universo,
con amor muy generoso...
El amor es el secreto.
Amando conseguiremos
un mundo humano y fraterno.