Amanece, es nuevo día
nuestra esperanza despierta,
pues la luz crepuscular
ya por mi ventana entra.
El rosicler de la aurora,
este mundo colorea,
animando a alzar el vuelo,
y disfrutar la belleza.
Atrás dejamos los sueños
de la noche oscura y negra.
Ahora sí son míos los sueños
que en todo mi ser se engendran
y nacen dentro, muy dentro ,
como deseos que se anhelan.
Tal vez en esta alborada,
con tanta luz, ya florezcan
y lleguen a dar el fruto
que mi alma y cuerpo esperan.
Busco la felicidad
que todo humano desea.
Los sueños muestran la meta,
la luz, ilumina sendas,
y yo emprendo camino,
sin mapa que fiable sea.
Sueños, suspiros al aire,
por rutas de dicha incierta,
si no consigo alzar vuelo,
la ilusión cae por tierra.
Quería alcanzar la gloria,
como soñaba despierta,
sin sacrificio ni esfuerzo
nadie así a tenerla llega.
Amanece, empiezo el día
con la confianza en Dios puesta.
Trabajo y me sacrifico
con una esperanza plena
y si no toco los cielos,
al menos viví de cerca
la hermosura de la ruta,
camino de gran belleza.
En sueños veo conseguido
lo que la vida me niega.
Mi sueño me ha abandonado
sin darme una respuesta
y no consigo entender ...
¿Existe dicha perfecta? ...
me afano por entenderlo,
nadie a explicármelo llega.
Alguien me dice bajito
que aquí no existe completa
pues por mucho que busquemos
para el cielo se reserva.
Siempre nos llegan migajas,
preludio de cómo es ella.
El nuevo día trae esperanzas,
ánimo, ilusión y fuerzas,
mas sigue siendo un enigma...
¿Felicidad verdadera?...
Observo a mi alrededor...
Cada cual da su respuesta.
Todo ha quedado en un sueño,
sueño que el viento se lleva.