Muchas penas y dolores,
causan profundas heridas,
hechas por egoísmo o maldad
con refinada malicia.
Cual dardos envenenados,
causan daño a otras vidas.
Si quien sufre, no perdona,
su gran dolor se agudiza,
pues el perdón es cual bálsamo
que la herida cicatriza.
No perdonar, suma daño
a quien perdonar no consiga.
Mi mente vuela incansable,
en los mares profundiza,
me encuentro con una ostra
que hace una perla bonita.
Me doy cuenta que ese nácar
se produce tras la herida,
si no se hiere a la ostra,
el nácar no se prodiga,
porque el nácar es sustancia
que a la ostra protegía.
Si heridas no hubiera habido ,
no habría perlas exquisitas.
Hay perdón porque hubo ofensa,
perdona, ama , luego, olvida.
Como en la ostra las perlas,
en tu alma , habrá alegría,
la alegría de quien perdona,
es una alegría bendita ,
porque nace del amor
y eso nadie nos lo quita.