Me pregunto en este instante...
¿Por qué serán tan saladas,
nuestras lágrimas vertidas,
si en interior son amargas?
Siento vibrar al unísono,
nuestro cuerpo y nuestra alma
y de esta unión tan estrecha
ha nacido esta lágrima.
Poco importa su sabor,
ni si humedece la cara,
lo que importa es la emoción
que ocasionó se formara.
Voluntades y pasiones,
se pelean y se abrazan,
estrechamente unidas,
son esencia de nuestra alma.
Lo psíquico y lo biológico,
sutil lazo lo entrelaza,
unidad inseparable,
mientras dure esta jornada.
Se llora por el dolor,
de espinitas que se clavan.
También se llora por gozos,
de alegría se derraman
esas lágrimas preciosas
que los ojos nos regalan,
porque dentro la emoción,
sintió algo que alegraba.
Sean por penas y tristezas,
sean de gozo formadas,
esas pequeñas gotitas,
van de emociones cargadas.
Salen de nuestro interior
por los ojos sus ventanas.
Se engendraron dentro, dentro,
en lo íntimo fecundadas.
Lo mismo que el llanto, el beso,
o las caricias que agradan,
son la muestra de unidad
entre nuestro cuerpo y alma,
unidad en si inherente,
sólo morir los separa.
Las lágrimas, las sonrisas,
la fuerza de las miradas,
aparecen hacia afuera
a través de nuestra cara,
pero se gestaron dentro,
van de emociones preñadas.
Es por esto que pensamos,
la cara es espejo de alma.
"Lo que sentimos en nuestro interior, nuestra alma, se manifiesta al exterior a través de nuestro cuerpo: Llanto, sonrisa, besos , caricias..."