Al marchitarse una flor
nos regala sus semillas,
sus frutos, cuanto posee
de la forma más sencilla
asegura así su especie,
pues nacerán nuevas vivas.
Siempre nos dona sus galas
su aroma y formas bonitas,
sus colores, sus encantos,
su belleza exquisita.
A porfía generosas
son ejemplo a nuestra vida.
Compartamos nuestros dones,
el mundo los necesita,
no somos menos que flores,
aunque sean tan bonitas.
Observemos a las plantas
que a esta reflexión invitan.