Voy vagando por la
vida,
como hoja que arrastra el viento,
sin alas para volar
nunca podré alzar el vuelo.
Se me ha dormido la fe,
de ahí mis males y tormentos.
Agonizan ilusiones,
mueren anhelos y sueños,
se oscurecen esperanzas,
siento terror, mucho miedo
No soy fruto del azar,
no soy un viviente muerto,
no soy un cuerpo sin alma,
porque alma y cuerpo yo tengo.
Dios con su infinito
amor,
alivia mis sufrimientos.
Sabe mis miedos y dudas,
envía a un amigo sincero
que me mira a los ojos
con un sonreír muy tierno.
Se acerca con amor dulce,
comprende mis sentimientos,
camina fiel a mi lado
silente, siempre en silencio
para escuchar mis suspiros
e interpretar mis lamentos.
Este amigo es un
regalo,
el mejor de los obsequios
que se nos puede otorgar
en este pobre universo.
Junto a él, recobro mi fe,
con esperanza alzo el vuelo,
vuelven mi paz y alegría,
doy gracias por cuanto tengo.
Con todo mi amor sonrío....
¡Esto es camino de cielo!