Me has regalado unas rosas
sin
espinas, porque dañan
cuando
la mano se extiende
y al
coger la flor, se clavan.
Todas
ellas son hermosas
las
rosas que se regalan,
en
especial, si además
de
bellas, son perfumadas.
Tus palabras afectuosas,
son
caricias para mi alma.
Son
entrañables, cordiales,
me
llegan de amor cargadas.
Igual
que bonitas rosas
con
rocío en las mañanas.
Con las palabras y rosas,
la
fuerza de tu mirada,
tan
limpia, tan expresiva,
tan
sincera, alegre y sana,
refuerza
con lindo brillo,
el
valor de tus palabras.
Palabras, palabras dulces,
palabras
dulces palabras,
pueden
ser tiernas caricias
o
flechas envenenadas.
Precioso don, privilegio
que
podamos pronunciarlas,
sentimientos
compartidos,
aroma,
esencia del alma,
para
que alguien sea feliz,
porque
sólo oirlas,agrada,
como
agrada el dulce tono
con
que alguien nos halaga,
con
ternura, con pasión,
con
la verdad limpia y clara,
con
notas de amor sincero,
una
delicia escucharlas.
¡Que poco consideramos,
su
fuerza al hilvanarlas!
Harán
frases como dardos,
o
cual bálsamo que calma.
Si
animosos escribimos,
lo
mismo que cuando se habla,
podemos
darle caricias
o
puñaladas al alma
de
quien lee o nos escucha.
¡Qué
importantes las palabras!