Ni la aurora más bella en su hermosura,
ni la más linda rosa en lozanía,
tienen encanto, inocencia y poesía,
como esa niña de mirada pura.
Toda ella es ingenuidad, ternura,
espontánea y sincera su alegría,
regalo que es caricia cada día,
candidez virginal y gran dulzura.
Angel dormido, si está dormidita,
hermosa cual flor, grácil movimiento
de mariposa sutil y bonita.
Poema incompleto, derroche de amor,
belleza y candor en todo momento,
el niño es un don que manda el SEÑOR.