Busco y rebusco incansable
del buen amor, la belleza.
La belleza del amor,
es la búsqueda perfecta.
Es la flor más exquisita
que imaginarme pudiera.
Existe el amor, amor,
es realidad, no quimera.
Lucharé por conseguirlo,
nada hay que se parezca.
Preguntando en los caminos,
preguntando a las estrellas
rutilantes, misteriosas
que en cielo centellean;
preguntando a las aves
que sobre las cimas vuelan;
preguntando a los artistas,
preguntando a los poetas,
preguntando a los filósofos
y a los humanos de ciencia;
preguntando en todas partes,
no hay contestación correcta.
Sigo y seguiré buscando,
porque quien busca, encuentra.
Percibo a veces su aroma,
en alas del viento llega.
Intento seguir esa pista,
no me salgo de su huella,
si consigo vislumbrarla...
¡Con alegría, voy tras ella!
Alguna vez indagando
por las floridas veredas,
he hallado lo que anhelaba,
siendo sendero, no meta.
Esa flor tan delicada,
escasea en muchas sendas,
y en escabrosos senderos,
aparece por sorpresa
al borde de un precipicio,
allí, solitaria, esbelta.
No te asombres, en la vida,
pasan cosas como estas.
Surge el edén deseado
cuando menos te lo esperas.
Otras veces nos rendimos,
no conseguimos respuesta
y tras búsqueda incansable,
se debilitan las fuerzas.
No interesa el camino,
deja de importar la meta.
La ilusión pierde entusiasmo,
el desencanto se adueña,
no hay sueños con esperanza
nuestra alma herida, sin fuerza,
abandona ya el camino,
su objetivo, no interesa..
Nunca abandones tus sueños,
algo logra quien lo intenta.
Quien se rinde sin llegar
nunca sabrá la respuesta.
¡Qué pena, el próximo tramo,
guardaba hermosa sorpresa!