Noche oscura, triste y larga,
noche negra, negra, negra,
noche gélida, muy fría,
sin luceros, sin estrellas,
sin la seductora luna
que con mimos coquetea,
a los que no pueden dormir,
o a quienes por amor velan.
Las ilusiones no vibran,
las esperanzas, ya muertas.
Morfeo está, lejos, lejos,
de este modo, no hay quien duerma.
Con nostalgias y sin sueños,
al alba aún estoy despierta.
Llegan amargos recuerdos
de aquellas tristes vivencias
y aunque procuro olvidarlos,
en estas noches, se acercan.
Fui joven enamorada,
de aquel amor, nada queda.
Dolorosa decepción...
¿Es que el amor es quimera?
Idealicé aquel amor,
jovencita e inesperta,
no fue amor, fue amorío,
buscaba allí una respuesta.
No estaba aún preparada,
el amor es dulce entrega.
No es la vida cual se sueña,
si los sueños alto vuelan,
pues con tanta fantasía,
nada es real, mito y quimera.
Leña verde en el fuego,
mucho humo y no calienta.
Me imaginé el gran amor,
como la dicha completa,
volando sobre las cumbres,
sin pisar firme en la tierra.
Quise vivir muy deprisa,
equivoqué la vereda.
Las rosas tienen espinas,
pese a eso, son muy bellas.
Caminaré, soy valiente,
nada hay que me detenga.
Se que amar es entregarse,
se que amar es dura prueba.
Doy lo mejor de mi misma
porque el otro, feliz sea.
¡Qué distinto al egoísmo
que sólo en si mismo piensa.
Con la luz del buen amor
he comenzado otra senda.
Habrá rosas, habrá abrojos,
dulce aroma de otras huellas.
Ofreceré mano amiga
a quien camina a mi vera.
Juntos haremos camino,
juntos subiremos cuestas,
juntos cogeremos flores
y alguna espina con ellas.
Comprendo, esto es amar,
no evadirme a las estrellas,
son bonitas y brillantes
pero a ellas jamás se llega.
Tampoco tendremos nunca,
la felicidad completa,
sólo milagros de amor
que a la dicha nos acercan
como preludio de gloria
que se nos dará completa.