Qué bonita estás
mi luna lunera,
por el día duermes,
de noche despiertas
para darnos luz
cuando son muy negras.
Así alumbras sueños
de poetas que sueñan,
de niños que lloran,
de madres que velan.
Si alumbras sin velo,
sonríes serena.
Si te ocultan nubes,
tu luz llega a medias.
Aunque alumbres poco,
de noche, en tinieblas,
fulgente reluces
y no eres estrella.
Das lo que recibes,
generosa y bella
pues la luz del sol
en ti reverbera.
De poetas y amantes,
musa y compañera,
Despiertas en niños,
sabor a belleza,
a lo inalcanzable,
de esta dama inquieta,
llena de misterios,
voluble y coqueta.
A todos nos haces
volver la cabeza
para dar las gracias,
por la luna llena,
al genial Creador,
-oh, luna lunera-
que nos da en las noches,
la luna y estrellas.