No hay flores como
esa flor,
embriagadora, muy bella.
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El amor es todo, todo,
su voz en mi alma resuena
cual músicas celestiales
de melodías selectas.
Los regalos de este mundo,
en nada se le asemejan.
Flor en medio del desierto,
exhalando aroma
fresca.
Estrella muy fulgurante
orientando hacia la meta.
Torrente de limpias aguas
regando tierras resecas.
Linda sonrisa de un niño,
pícara, limpia, sincera.
Bálsamo en nuestras
heridas,
alegría cuando hay
penas.
Voluntad y sentimientos,
buscando la misma meta.
Es todo, todo, lo
vivo,
siento en mi alma su fuerza.
Me enamoré del amor,
de sus encantos, soy presa,
prisión que libre yo elijo,
para vivir tras sus rejas.
Quien ya conozca el
amor,
sabe bien seguir sus huellas,
hasta el aire lleva aromas
olor a flor predilecta,
preñado de mil esencias,
animando a cosas buenas.
Me enamoré del amor,
entusiasmo, vida, fuerza.
No hay flores como
esa flor
misteriosa, dulce, bella,
generosa, nos da todo
sin pedirnos nada a cuenta.
¡Ay!, olvidaba que el amor,
no cabe en pobre poema.