Cuando te clavan espinas,
muy dentro, en el corazón
sin comprender la razón,
a razonar, mal atinas.
Son momentos de dolor,
los sueños se desvanecen,
las ilusiones fenecen,
estoy viviendo un horror.
Tengo rictus de amargura,
al ver frustrado mi anhelo,
mi decepción clama al cielo,
voy a perder la cordura.
No entiendo por qué han actuado,
con saña y resentimiento,
muy vil su comportamiento,
dañino y envenenado
Las espinas, peor que dardos,
hasta el alma me han herido,
mucho sufro y he sufrido,
estoy quemándome y ardo.
De pronto un alivio siento,
es absurdo lo que han hecho,
quiero olvidar mi despecho.
Generoso sentimiento.
Ya no hay dolores por dentro,
hay sonrisas y alegría,
se ha acabado la agonía,
limpia a mi misma me encuentro.
Qué pena dan ciertas vidas,
gozan haciendo sufrir...
¡Qué hermoso hacer sonreír,
ser bálsamo en las heridas!
La terapia es el olvido
hasta poder perdonar.
Si eres fuerte para amar,
disfruta, lo has merecido.