Gotas de rocío que tiemblan
y a las flores acarician
dándolas brillo, esplendor,
mientras que su sed mitigan,
aumentando su hermosura,
aunque ellas son ya bonitas.
Partículas diminutas
que con rayos de sol, brillan,
con irisados colores
consiguiendo sean más lindas.
¿Cómo tienen tanta influencia,
si son débiles gotitas?
Cada cual, da lo que tiene,
así, si van siempre unidas,
no se evaporan tan rápido ,
su esencia no va perdida.
Dan su frescura a las flores
y estas siempre agradecidas,
las resguardan en su cáliz,
siendo desde allí, absorbidas.
Por eso están tan lozanas
en la hermosa mañanita.
Quisiera ser cual rocío
que a flores sedientas mima,
en noches negras y oscuras
-además de oscuras, frías-
y continúan el la aurora,
dando agua que necesitan.
Cada una, insignificante,
gran valor, al ir unidas.
Así suman cualidades
aunque sean pequeñitas,
a las de otras muchas gotas
que al amanecer, titilan.
¿Exuberancia en la flor
o evaporada y perdida?...
¡Juntemos nuestras bondades,
serán más fuertes unidas,
cual las gotas de rocío
en las frescas mañanitas!