siento... No sé lo que siento...
Siento fuertes emociones
que remueven sentimientos,
despertando remembranzas,
animadas por recuerdos.
Recuerdos que traen vivencias
de lo acaecido hace tiempo,
pero que nunca se borra,
cual marca hecha con fuego.
Donde hubo fuego hay rescoldo,
encendido mucho tiempo
con agradable calor,
no parecido al averno.
También quedan las cenizas
que a veces, las lleva el viento.
Otras, fertilizan campos,
otras, son barro en el suelo.
Pocas veces, en el aire,
se elevan buscando cielo.
Eso pasa en nuestras vidas,
así ocurre con los sueños:
Olvidados y perdidos
en laberintos secretos.
Hundidos, pisoteados,
sin vislumbrar sus anhelos.
Dando fruto en nuestro mundo,
sin escatimar esfuerzos.
Guías en hermosas rutas
que nos conducen al cielo.
Quiero haceros mil preguntas
¿respuestas?... Vuestro secreto.
De todos estos instantes...
¿Cuál añoráis en silencios?...
¿Por cuál suspira vuestra alma,
cuando recordáis los sueños?...
¿Algunos deseos de antaño,
se han cumplido con el tiempo?...
¿Cuánto quisierais borrar,
ahora en distancia, ya viejos,
contemplando larga vida,
con calma, paz y sosiego?...
¿Algo os causa tristeza,
aunque quede, lejos, lejos?...
¿Qué acerca vuestra alegría
y que os produce contento?...
¿Pensáis qué valió la pena
y de qué estáis satisfechos?...
¿Cómo os comportaríais,
si empezarais hoy de nuevo?...
La memoria es selectiva
cuando guarda los recuerdos.
Recordar es revivir
un pasado sin remedio.
A veces es el olvido,
sin duda, el mejor consejo.
Otras veces nos ayudan,
no es vida, vivir sin ellos.
Pienso, según se utilicen,
serán malos o muy buenos,
no tanto lo allí ocurrido,
como el sentir que ahora demos.
A veces lo indeseado,
nos fue lección de provecho.
Otros momentos felices,
dejaron remordimientos.
A todos, día tras día,
nos llegan instantes bellos,
también amargas tristezas
y difíciles momentos.
Tal vez no pudo evitarse,
entonces, nada de esto,
pero ahora sí, ya enterrar,
las cenizas de los fuegos
que quemaron ilusiones
y dejaron sueños muertos.
Acaso nos satisfaga,
lo fructífero y lo bueno
que a lo largo de los años,
son flores en los senderos.
También algunas vivencias
acercándonos al cielo
y nos siguen acercando,
evocadas por recuerdos.
Al remover nuestro archivo,
busquemos siempre algo bello,
algo que quedó grabado,
como marca hecha con fuego
y que ahora al recordarlo,
nos acerca un poco al cielo.
Siento fuertes emociones
que remueven sentimientos,
despertando remembranzas,
animadas por recuerdos.
Recuerdos que traen vivencias
de lo acaecido hace tiempo,
pero que nunca se borra,
cual marca hecha con fuego.
Donde hubo fuego hay rescoldo,
encendido mucho tiempo
con agradable calor,
no parecido al averno.
También quedan las cenizas
que a veces, las lleva el viento.
Otras, fertilizan campos,
otras, son barro en el suelo.
Pocas veces, en el aire,
se elevan buscando cielo.
Eso pasa en nuestras vidas,
así ocurre con los sueños:
Olvidados y perdidos
en laberintos secretos.
Hundidos, pisoteados,
sin vislumbrar sus anhelos.
Dando fruto en nuestro mundo,
sin escatimar esfuerzos.
Guías en hermosas rutas
que nos conducen al cielo.
Quiero haceros mil preguntas
¿respuestas?... Vuestro secreto.
De todos estos instantes...
¿Cuál añoráis en silencios?...
¿Por cuál suspira vuestra alma,
cuando recordáis los sueños?...
¿Algunos deseos de antaño,
se han cumplido con el tiempo?...
¿Cuánto quisierais borrar,
ahora en distancia, ya viejos,
contemplando larga vida,
con calma, paz y sosiego?...
¿Algo os causa tristeza,
aunque quede, lejos, lejos?...
¿Qué acerca vuestra alegría
y que os produce contento?...
¿Pensáis qué valió la pena
y de qué estáis satisfechos?...
¿Cómo os comportaríais,
si empezarais hoy de nuevo?...
La memoria es selectiva
cuando guarda los recuerdos.
Recordar es revivir
un pasado sin remedio.
A veces es el olvido,
sin duda, el mejor consejo.
Otras veces nos ayudan,
no es vida, vivir sin ellos.
Pienso, según se utilicen,
serán malos o muy buenos,
no tanto lo allí ocurrido,
como el sentir que ahora demos.
A veces lo indeseado,
nos fue lección de provecho.
Otros momentos felices,
dejaron remordimientos.
A todos, día tras día,
nos llegan instantes bellos,
también amargas tristezas
y difíciles momentos.
Tal vez no pudo evitarse,
entonces, nada de esto,
pero ahora sí, ya enterrar,
las cenizas de los fuegos
que quemaron ilusiones
y dejaron sueños muertos.
Acaso nos satisfaga,
lo fructífero y lo bueno
que a lo largo de los años,
son flores en los senderos.
También algunas vivencias
acercándonos al cielo
y nos siguen acercando,
evocadas por recuerdos.
Al remover nuestro archivo,
busquemos siempre algo bello,
algo que quedó grabado,
como marca hecha con fuego
y que ahora al recordarlo,
nos acerca un poco al cielo.