Acarician las palabras bonitas,
por ti ahora dichas con tierna dulzura,
como hiere otras veces, frase dura,
pronunciada por alguien que nos grita.
Bendita tu palabra, sea bendita
si la intención al pronunciarla es pura.
Si es flecha envenenada, da amargura,
no quiero condenar, pero es maldita.
Distintas, aunque iguales. Es amor
lo que cambia del vocablo, el sentido.
Dardo hiriente que causa gran dolor,
o ternura, cuando eres bien querido.
El acento refleja el sentimiento,
si no hay cariño, mejor el olvido.