¿Por qué me llegan miradas,
de ojos que ya no miro?
¿Por qué, por qué, me pregunto,
mientras me sale un suspiro?
Así recuerda una niña,
a aquel que poco la quiso
y llora decepcionada,
al ver que su amor se ha ido.
Nuestra joven pensativa,
busca un rincón escondido,
pues lágrimas indiscretas,
de pronto han aparecido,
inundando bellos ojos
que no quiere que sean vistos.
Burbujas del interior
que de su alma han salido.
Cree tan intenso el dolor
que no hay nada parecido,
por eso llora y suspira,
esperando algún alivio.
Son sus lágrimas primeras,
su primer amor perdido.
Pronto entenderá la joven
que no era correspondido
e intentará superarlo,
mientras llega el dulce olvido
que le ayude a madurar,
sentimientos que han nacido
en un alma angelical
que todavía no ha aprendido
que el amor crece y da flores
y frutos maduros, ricos,
pero hay flores con espinas
y muchos frutos dañinos.
Fue un ensayo doloroso,
pero preparó el camino.
El camino del amor,
es dulce, mas dolorido,
pero es tan bello y deseado
que merece ser vivido
con alegría, con pasión,
con entusiasmo infinito,
con gran generosidad
y será un día bendecido.
La vida es gran escuela,
nunca el tiempo se ha perdido
si aprendemos las lecciones
que ella misma ha ofrecido,
mostrando estupendos mapas
que indiquen el buen camino,
y libres y en libertad,
aquel que es mejor, seguirlo.
Encontraremos abrojos
en el sendero elegido,
en todos crecen espinas,
aunque el borde sea florido.
Si dejamos que el amor,
sea nuestro guía preferido,
caminando por la vida,
mostrando que lo vivimos,
aunque el camino sea duro,
soñando con el destino,
iremos oliendo a rosas
aunque sólo haya espinos.
La ilusión es poderosa,
todo será bienvenido.
La alegría viene al final,
al ver que lo conseguimos.
