Soñando, estaba soñando
despierta que no dormida,
son los sueños deseados,
ilusiones que dan dichas.
Los anhelos que forjamos
dando a la existencia, chispa.
Nos evaden en momentos,
de euforia incontenida,
o de un negro pesimismo
que nuestra paz destruía.
Aparecen como luces,
como amables salvavidas,
si ven que te vas a hundir
en aguas embravecidas.
Te harán volar a tu gusto,
donde tu alma les pida.
Estos vuelos interiores,
sobre una alfombra florida,
no llegan a las estrellas,
mas creemos que se aproximan.
Si nuestro anhelo es amar,
seremos tierna caricia,
en un mundo de crueldades
que tanto las necesita.
¡Qué hermosas las ilusiones,
si mejoran esta vida!
Cuando al dormir se sueña,
los sueños son fantasías,
no es dueña la voluntad,
esto nadie lo pedía,
aparece por sorpresa,
como ladrón alquimista,
que hace aleaciones secretas,
mientras nuestro ser dormía.
Recuerdos almacenados
que se mezclan sin medida,
con algún hecho reciente
que acontece en nuestra vida,
mas algo perdido en la mente
que no admitimos de día.
Ilusiones placenteras
que andan por ahí, escondidas,
o fobias ocultas dentro
que al sentirse reprimidas,
aparecen sin permiso
y en sueños, entristecían.
Amores y desamores,
crueles penas o alegrías.
Lo que nos gusta o disgusta,
la verdad o la mentira.
Lo que nos produce llanto,
lo que ocasiona la dicha.
Lo que nos lleva a la gloria
o con saña causa herida.
Son fantasmas de la noche,
con sus locas fantasías,
salen brujas redomadas,
o hadas con su varita.
Nadie es señor de estos sueños,
se vengan con gran sevicia,
trastocando el sosiego
que el descansar nos pedía.
¿Por qué soñamos dormidos?...
Para mi es un enigma.
Deseados o involuntarios,
los sueños son fantasía,
mas los queridos a veces,
marcan rutas en la vida.
Esas rutas darán fruto,
si las trazamos floridas.
Tengamos sueños hermosos
y una existencia bonita,
si no alcanzamos estrellas,
las sentiremos cerquita.