Está avanzando el otoño,
el frío ya va viniendo.
El campo estrena colores,
tonos ocres y oro viejo.
Los árboles se desnudan,
a sus hojas van perdiendo,
desprendidas de sus ramas,
son ya juguete del viento,
bailando en su caída
hasta que llegan al suelo
donde se pudren o secan,
hechas humus, alimento.
Los árboles exfoliados,
pasarán el crudo invierno,
ramas sin exuberancia,
parecen ser palos secos.
Tras el invernal reposo
sus hojas vuelven de nuevo,
algunas con lindas flores
que serán su fruto luego.
La primavera trae vida,
en el ciclo de los tiempos,
cada uno con su misión,
todos bien los van cumpliendo.
Como humano, yo soy
libre
para elegir lo que quiero
en primavera y verano,
al otoño y en invierno.
Puedo escoger un camino
que me señala lo bueno,
pero a veces preferimos
optar por fácil
sendero
muy florido, muy hermoso,
mas fétido olor a infierno.
Decimos que si sirenas
con sus cantos sedujeron.
o rezumando egoísmo,
contamos no se que cuentos.
Soy libre, debo elegir,
a todos atrae lo bello,
pero conocemos bien
que no siempre es lo correcto
Veo con pena que ha
llegado
desnudo el crudo invierno.
Volverá la primavera
con verde manto cubriendo
de mil flores y colores
campos que parecen muertos.
Nuestra esperanza nos habla,
animando en el silencio,
que aunque tengamos otoños,
todo caduco y con hielos,
tras el reposo invernal
cogiendo fuerza por dentro,
llegara la primavera
con su esplendor poético,
cargada con la promesa
de dejarnos frutos frescos.
Eso deseo a nuestras
vidas,
tras de lo estéril, lo bueno.
Una hermosa primavera,
después de este crudo invierno