Navidad

  El Creador lo prometió
en la noche de los tiempos.
Los profetas lo anunciaron
y algunos detalles dieron. 
¿Creían o no creían,
las gentes de aquellos pueblos?...
Viene el Mesías a salvarnos,
ninguna puerta le abrieron,
cerraron casas y almas,
llegó de noche, en silencio,
sin que nadie le acogiera...
Disculpa... ¡Todo está lleno!
Sólo María y José
conocían el misterio.
Con mucho amor y ternura
al Niño Dios recibieron.
Aunque pobres y con frío,
no los acobarda el miedo,
saben que es Dios el que llega
y lo aceptan en secreto.

    Las músicas y las luces,
son detalles de estos tiempos.
No hubo tanto allá en Belén,
en tan sublime momento.
Su cuna fueron los brazos
que cariño le ofrecieron 
y calor del corazón
María y José le dieron. 
Dios Padre Omnipotente,
oculto vela por ellos.
Un ángel llama a pastores
que generosos partieron
a compartir con los pobres
lo poco que allí reunieron. 
Al mensaje de aquel ángel,
en su alma vida dieron .
El Señor premia su amor...
Presenciaron el misterio
y en la humildad del establo,
paz y alegría sintieron. 

   Hoy, después de veinte siglos,
cuesta creer, es misterio.
No escuchamos a los ángeles,
convence más algún necio.
Aquello que nos complace
despierta nuestros anhelos.
Soñamos con lo tangible,
no vuelan alto los sueños.
Lo trascendente no cuenta,
Dios está lejos, muy lejos.

   Sin fe y amor generoso,
nunca felices seremos.
Jesús vino por amor,
sigue por amor viniendo
y es amor lo que nos pide,
como dice en su Evangelio.
Haz con tu amor una cuna,
en tu corazón ardiendo
que irradie luz y calor
a quienes precisen de ello. 
Eso nos pide Jesús, 
eso es  amor verdadero.

   Celebremos Navidad
siendo Dios Niño el  primero,
con gozo, alegría y paz
que son regalos del cielo.
Por ser el mejor tesoro,
con cariño os lo deseo.