Tanto deseaba volar
que soñé emprender el vuelo.
Quise desplegar mis alas
y no me alzaba del suelo.
Alguien las había cortado,
infructuoso mi esfuerzo,
por más que me empeño y lucho,
resulta vano mi intento.
Mi loca imaginación,
esta que por suerte tengo,
me presenta unos recursos
a los que pronto me aferro.
¿Qué me ofreces loca mía?
¿Tienes para esto un proyecto?...
¡Qué fracaso, qué dolor,
no puedo vivir mi anhelo!
No me hables de imposibles,
muéstrame caminos nuevos,
por donde libre yo vaya
a los lugares más bellos.
Esto era mi capricho
y vi frustrado el deseo.
Te has olvidado de mi,
soy creativa, doy remedios.
Si tu no puedes volar,
vuela conmigo en tus sueños.
Fantasías y quimeras,
darás desde allí por hecho.
Vivirás lindos instantes,
disfrutarás los momentos
que la loca de tu mente,
traiga a tus pensamientos,
detalles que no distingues,
si son utopía o es cierto.
¿Remedio en dificultades?...
Sin duda es buen remedio
que la loca de la casa,
me anime a alzar el vuelo
a esos mágicos lugares
que había soñado en sueños
y nunca podré tocar
pues son parte del misterio.
Misterio, fantasía, aventura,
es la esencia del anhelo
que buscamos afanosos
y añoramos con empeño.
La imaginación florece
y poliniza los sueños
que nos darán rico fruto
para con fuerza alzar vuelo .
No son necesarias alas,
para casi tocar cielo.