Un dardo envenenado,
me abrió una herida.
Con dolor saqué el dardo
y cicatriza.
Hay heridas del alma
que no se olvidan,
causando infecciones,
allí escondidas.
Es preciso el olvido
de quien te hería,
para poder curar,
profunda herida.
El veneno se oculta
en cajas bonitas
y no está el remedio
en medicinas.
Olvidar es terapia,
dulce, bendita
que destruye infecciones
dando alegría.
Remedios para el alma
muy ofendida,
perdonar y olvidar,
son la delicia
que cura aliviando
y cicatriza.
Si han herido tu alma,
perdona, olvida.