Las flores ... ¿y nosotros?


   Las flores siempre regalan
su perfume y su belleza.
Pueden servirnos de ejemplo... 
" Dar sin pedir nada a cuenta".

   Su presencia se adivina, 
dejan su aroma, por huella.
No preguntan quien las mira,
no preguntan quien se acerca, 
no preguntan quien las corta,
no preguntan quien las riega. 

   Magnánimas, generosas,
agradar siempre es su lema.

   Magnífica reflexión
 me suscitan flores bellas. 
Quien ofrece lo que tiene,
deja perfume en sus huellas.
Al compartir nuestros dones
nuestra alma se serena
y renace la alegría,
ratos de cielo en la tierra.

Noche y ... noches oscuras


   Noche oscura, oscura noche,
noche negra, negra, negra,
tan negra que no me llega
ni el brillo de las estrellas.
Me siento presa en mi misma
que es la peor de las celdas.
Cautiva de mi egoísmo
atada con gruesas cuerdas
y estrechamente rodeada
por unas muy fuertes rejas.

   Necesito clara luz
que disipe  mis  tinieblas.
Luz que llegue de lo alto
y que mi alma fortalezca, 
esperanza y fe  reaviven
y que sea el  amor quien reina,
la voluntad quien sosiega
y ambos guíen la  conciencia.
Sólo así tendré alegría
y mi alma en paz se serena. 
Si pedimos esa luz,
esa luz siempre nos llega.