En la Alameda

    Escucho un leve susurro,
son chopos de la alameda
que a la vera del arrollo,
sus  hojas, titilan, tiemblan
 y ofrecen sutil concierto,
que sólo escuchan poetas
 o amantes de la poesía,
o alguien con alma serena.
Acompañan al concierto, 
rumor  de agua que  a piedras,
va cantando dulces notas
mientras acaricia y besa.

   Los pájaros en las ramas,
se columpian y aletean. 
Ponen voz a este concierto
 que hace suspirar y eleva.

   Ya ha llegado el verano, 
los pajaritos ya vuelan,
como vuelan ilusiones, 
sueños que el poeta sueña.
Tal vez recorten sus alas, 
acaso volar no puedan
pues un cazador de versos
quiere escribir un poema.
Su alma ignora sentires,
sus ojos no hallan belleza, 
por eso quieren plagiar, 
lo escrito por  los poetas.
Son cazadores de versos,
copian la música y letra,
mas su corazón no alcanza
a sentir como un poeta.
 Serán poemas vacíos
si con amor no se preñan.

   Paseando el mismo paseo,
viendo las mismas bellezas, 
escuchando el bello canto
y el ruido de agua en las piedras,
más, no es sensible al amor,
de lo sutil, no se entera, 
por esto pasa y no siente  
lo que ofrece la alameda.

Busco refugio

   Siento nostalgia, añoranzas
siento... no sé lo que siento,
llegan aires del pasado,
regalo de los recuerdos
que me hacen suspirar,
reviviendo otros momentos.
Prodigiosa es la memoria,
don, que alegre agradezco.

   Hoy  ante estas remembranzas,
tengo el corazón dispuesto
para acoger con amor,
a quien precise algo bueno.
No se puede ignorar 
que  para alzar fuerte el vuelo,
es necesario que antes
hayamos vivido en sueños,
la meta que deseamos
y así, trazar el sendero
que nos conduzca al destino
que pide nuestro deseo.

    Aunque parece estar claro,
tengo algo de desconcierto. 
A veces cortan las alas, 
pasados con sufrimientos
y nadie puede estar limpio,
del dolor, aun en recuerdos.
Quiero que en  mi decisión, 
venza al miedo el gran anhelo
de poder libre elegir,
por conseguir lo que quiero.

   La dicha nunca es completa,
nada en el mundo es perfecto,
por eso busco refugio, 
cuando alto, sobrevuelo.

Sigo y seguiré buscando


   Absorta, ensimismada,
con la mirada perdida
oteando el horizonte,
a donde llega mi vista.
Mirando, mas sin ver nada,
la mente está distraída,
pensando y nada pienso...
Hoy no empiezo bien el día.

   ¿El horizonte es el fin
que desde aquí suponía? ...
No existe el horizonte,
cambia cuando me movía
y aparece otro horizonte
en doradas lejanías. 

   Alcé la mirada al cielo
y en el aire me perdía.
Es camino sin final,
no hay final mirando arriba,
sólo si tenemos fe, 
nos guía una luz infinita.
¿Por qué busco horizontes
si es lo que yo no quería?...
No son meta, son caminos
que a la meta llevarían,
por rutas en libertad, 
sin libertad, agonía.

   Algo despierta el letargo
en el que yo me sumía.
Contemplo a mi alrededor 
miles de cosas bonitas. 
Mi mente vuelve a soñar,
lo antes soñado me anima .
Los sueños son ilusiones,
algo  anhelado en la vida.
Rompen límites, fronteras ,
buscando lo que querían.

   ¿Conseguiré encontrarlo?...
Fantasía, no te rindas. 
En sueños, sigo soñando,
esto ya me trae alegrías. 
Si no consigo mi anhelo,
al soñar, ya lo tenía.
Nada al completo se tiene, 
así pasa nuestra vida.

   No existe el horizonte, 
tal como yo lo veías.
No son realidad los sueños,
como a veces gustaría,
pero me ofrecen el mapa
de rectos caminos guía.
No sé si el sueño es posible
por  esta ruta que indica,
sin ellos no veo el sendero
que al seguirlo, trae delicias. 
La meta, acaso alcance,
si no en esta, en la otra vida.

   ¿Serán locas ilusiones?...
¿Serán quimeras vacías?...
¿Quién puede tenerlo todo?...
¿Quién a utopías no aspira?...

   Mientras el mundo sea mundo,
soñar con cosas bonitas,
anima a alzar el vuelo, 
buscando en noches y días,
la esquiva felicidad,
ansiada cual perla fina.

   ¿Qué es la felicidad?...
No sabría definirla,
mas todos la deseamos,
cada cual a su medida.
Seductora y misteriosa,
en laberintos anida.
Tras  ella, soñamos sueños,
para a ratos, conseguirla. 
Sigo y seguiré buscando,
la vislumbro  en la otra orilla.