¡Madre!

Esta tarde, me he puesto a escribir algo sobre las madres. No me sale en palabras lo que siento y quiero. Esto es lo que tengo y lo comparto. No puedo dar algo mejor porque ahora no lo tengo. Piensen  y si lo desean, manden algo y lo agrego con su nombre. Gracias.
Gracias a todas las madres que lo han sido y lo son.  A las que no han querido sacrificarse, ellas se lo pierden. A las que no han podido, seguro que lo son de corazón, eso basta. Es el amor, la principal característica de la madre. 

   Para todos, hombres y mujeres, padres y madres que pasen buen día.

          ¡MADRE !

   Madre, hermosa palabra.
Madre, palabra bonita
que asociamos al concepto
del amor de nuestra vida. 
De los abrazos y besos, 
de las nanas y caricias,
cuentos, fantasías, sueños,
cariño que nadie olvida.
El ángel que nos cuidaba,
el ángel que siempre cuida.
Quien esto no ha conocido,
lo añorará cada día.
Cualquiera, en cualquier momento,
ha exclamado.... ¡Madre mía!

   No sé expresar con acierto
en  mis versos y poesías, 
la emoción que vibra dentro
y no acierto a describirla.
No me salen las palabras,
son demasiado sencillas
para poner a las madres 
donde ellas  se merecían. 
Cada uno ponga las suyas, 
seguro que son muy lindas,
aunque alguno emocionado,
no acierte a compartirlas. 
Escribirle  algún  poema,
quien esto apunta os anima
a que dejéis por escrito,
para esa mujer bendita,
una oda llena de amor,
para su alma, caricia.

   Primera escuela de amor, 
sin duda, muy efectiva.
Quien una madre no tiene,
siempre por ella suspira. 
Las madres del corazón, 
son sin duda una delicia
para tantos, tantos niños
que otra madre no tenían.
Aunque no los engendraran, -eso lo hace cualquiera-
son como todas, benditas. 
Su amor es acrisolado,
deseado día tras día. 

   Traigo ahora a mi memoria,
a esas pobres criaturitas
que ni una  madre han tenido,
lo más triste en esta vida.
Una mujer, sólo hembra,
darles su amor no quería
y los abandona o mata,
con... ¿dolor?.... o con perfidia.
Pena por esas mujeres, 
hembras que hijos destruían. 
¡Pobres, no saben amar, 
están sin duda perdidas!
Sus hijos, con ellas siempre , 
sueñan, aunque no lo digan.

   Pido  un recuerdo especial
a quienes hijos perdían. 
Los muertos que están con Dios -gran dolor y esperanza- 
y los perdidos en vida. 
Quizás esto es más duro,
cada minuto suplican
si tienen fe a Dios y PADRE 
y si no a la propia vida
que esos hijos no se pierdan 
en noches oscurecidas.
Noches largas sin dormir
amando, nunca rendidas,
esperando a esos hijos
que de la madre se olvidan.
¡Pobrecitos, piensan ellas,
tienen malas compañías!

   Para las madres pedimos,
recuerdos todos lo días. 
Recuerdo del gran amor
recuerdo de sus caricias,
de sus gestos y palabras
y hasta  sus  ricas comidas.
Valorar lo que aprendimos,
junto a la madre querida. 
Acaso no fue  perfecta,
pero te amó sin medida.
te dio todo lo mejor
que ella sabía y tenía. 
Corresponde con tu amor,
tal vez  ella necesita
al menos saber que el hijo,
piensa en su madre algún día
y recuerda tanto amor
y sus palabras bonitas
y sus buenas enseñanzas
y sus sinceras sonrisas.
Si vive, dile algo hermoso,
si ha muerto, sea bendita
 y siempre, siempre recuerda,
la madre, estela divina.
Su amor es puro, sincero,
nada es mejor en la vida.
Amala, se lo merece,
amar, es gran maravilla.