Maravillas

   Miles, millones de flores,
regala la primavera,
Miles, millones de flores
y todas  preciosas, bellas.
Mayo es el mes de las flores,
en jardines y praderas,
son exquisito placer,
el culmen de la belleza.
Florecen, son un regalo
de sabia naturaleza
que engalana nuestro mundo
con abundancia de ellas.
Silvestres y cultivadas,
formas simples o compuestas.
Con aroma, sin aroma,
según variedad que sea.
Maravillas que el Creador,
para el bien de todos, crea.

   Hoy recuerdo levemente,
a la vara de azucenas
por su aroma y elegancia,
muy simbólica y esbelta.
No olvido las margaritas,
las rosas y las violetas,
ni tampoco las peonías,
desconocidas, selectas.
Todas, todas me seducen,
las que en jardines se muestran 
y las que ocultas florecen
en una oculta ribera.
Las que mueren y se olvidan,
o las que sus frutos dejan.

   ¡Que delicia, abrir los ojos
y observar tanta belleza!
Demos gracias al Creador
que para nosotros crea.
Algún humano, insensible,
pasa y no las contempla.
No valora propiedades,
ni  su fragancia  estupenda.
No agradece este detalle
de sutil delicadeza
que nos trae el mes de mayo,
don de la naturaleza.
En este mes de las flores, 
la flor más hermosa y buena,
tiene un lugar especial, dentro 
de nuestra conciencia.
Esta es la Virgen María,
la Madre de DIOS y nuestra.
Para ella todo el amor, 
que el mismo Cristo encomienda.
Es la flor entre las flores,
de todo lo hermoso, Reina.

   De las flores y  el amor,
se adivina la presencia,
Al pasar queda el aroma
que van soltando en sus huellas
o que alegran los momentos,
cuando estás cerca de ellas.
Almas generosas, flores,
todas hermosas, muy bellas.