Vivir para amar, es cielo

   Quisiera morir por amor,
morir por amor yo quiero,
o vivir y ser feliz,
siempre por amor viviendo.

   Cuando de verdad se ha amado,
seguir amando es anhelo
que sentimos muy profundo,
aquí dentro, dentro, dentro.
Si de verdad es  amor,
no se borra con el tiempo,
no es hoja de árbol caída
que vuela en alas del viento.
No se pueden olvidar,
las vivencias y recuerdos
grabados en nuestra alma,
acariciados por sueños.

   Olvidar ciertas personas
a veces es gran remedio,
mas seguir amando siempre,
porque amar es lo más bello,
lo que produce ternura,
lo que nos acerca al cielo.

   Si el ser amado es indigno...
Deja que pase algún tiempo
y comprenderás con agrado
que no perdiste un momento
pues regalaste tu amor
y eso deja un rastro bueno.
Es una huella florida
que perfuma el universo
y nos da ratos de gloria,
amor tan intenso y bello.

   Tal vez sea lección amarga,
si otros no correspondieron. 
Muchos no quieren amar
con amor puro y sincero,
el que colma de alegría,
el culmen de los deseos.
Otros viven en su nube,
lo que es amar no aprendieron,
no se preocupan por nadie,
nunca ofrecieron consuelo.
¡Qué pena, nunca sabrán,
lo que es un amor sincero!

   Pasamos horas soñando,
damos ala a los deseos
cual castillos en el aire,
a merced de fuertes vientos.
Si soñamos con amar
con un amor verdadero,
aunque no nos correspondan,
lo que es amar, aprendemos.

   No todos desean  amar,
hay dolor en el intento.
Quieren rosas sin espinas,
en verano y en invierno,
con delicados colores
y aroma que quita aliento.
Las rosas y nuestra vida,
piden cuidados desvelos.
Nos regalan su perfume
pero hay que pagar un precio.
Si el precio es el amor,
más que precio, es un premio.
Amar, la mayor fortuna,
amar es un privilegio
que pocos ven como tal...
Nunca el amor conocieron.

   Nuestro camino es de rosas,
que cubren nuestro sendero,
pero que tienen espinas
que se clavan dentro, dentro.
Rosas y espinas van juntas,
como dicha y sufrimiento. 
Amemos  con todo el ser,
aunque suframos por ello.
La herida de amor punzante,
cicatriza en poco tiempo
y el gozo de haber amado,
es lo mejor de lo bueno.

   No es dicha querer olvidar,
puesto que es vivir muriendo.
Morir de amor, por amar,
es ir de un cielo a otro cielo.