Amanecer en Campollo

   Me despiertan bellos trinos
de pajaritos que cantan.
Amanece, es nuevo día,
llega el rosicler del alba.
Hermoso y mágico instante...
Me asomo a la ventana
para ver salir el sol
por detrás de Peña Sagra.

    Mientras, sinfonía salvaje,
llega melódica y clara.
Los mirlos son los primeros
en alegrar la mañana;
gorriones y golondrinas,
cada cual con su tonada.
Otros cantos y  otros pájaros,
anuncian bella alborada.

   Ni mil poemas, ni música,
de artistas de buena talla, 
son capaces de igualar,
lo que viví en mi ventana.
Cierro los ojos, recuerdo,
ese recuerdo es de calma,
ese sol no me deslumbra
al salir tras Peña Sagra.
Ese trinar de mil pájaros,
sin orden ni pentagramas.
Ese silencio de ensueño
roto por quienes nos cantan.
Tan solo al recordarlo,
me traen lindas remembranzas
y en ese onírico mundo,
me llevan donde soñaba.
Maravilloso concierto
y caricias en mi cara.
Son vivencias placenteras
que siempre alegran mi alma.

¡Qué hermosos son los recuerdos
que envuelven en paz y calma!
Bellos regalos que el sol
trae al salir tras Peña Sagra,
anunciando un nuevo día
con espléndida  alborada. 

   Son obsequios que la vida,
de vez en cuando nos manda.

   Demos gracias al CREADOR
por dones que nos regala
como preludio del cielo
que tras esta vida, aguardan.