Tengamos esperanza

Siempre ha llegado la aurora
tras la noche oscura y negra.
Agradecemos la luz
que del astro rey nos llega,
ese hermoso rosicler
que nos despierta y alegra.
 
Metáfora de la vida...
Esto espera quien espera.
La paciencia es gran virtud,
la esperanza siempre es buena.
 
Tal vez el maligno virus
una lección nos enseña.
Los humanos no pensamos
y esto es pena, mucha pena.
Tanto dolor en el mundo
y a muchos, nada afecta.
El virus iguala a todos,
sean de la raza que sean.
Pobres o ricos da igual,
sólo nos queda la ciencia
y alzar la mirada al cielo...
Fe y esperanza nos llevan
a confiar en el SEÑOR,
pidiendo aleje esta prueba.
 
Ante este maligno virus,
actuemos con prudencia.
Tengamos fe y esperanza
en Dios Padre y en la ciencia,
pero seamos conscientes,
puede se letal su guerra,
hemos de seguir las normas
que quien sabe, aconseja.
No a los gallitos soberbios,
es muy mala la soberbia.
La obediencia hace milagros...
A las normas, obediencia.
Con mucho amor y vacunas,
solidaridad, prudencia,
pensando siempre en los otros,
hemos de salir de esta.
 
Tras larga oscura noche,
la aurora el día nos alegra.,
pues la luz crepuscular
que es nuevo día nos recuerda.