Dulce esperanza

        ¡FELIZ 2016!

    Año nuevo, como todos,
acabarás siendo viejo.
Empiezas ilusionado
lleno de buenos  deseos,
todos, bonitos y hermosos;
todos, ideales, bellos;
todos, fantasía y quimera;
todos, enigma y misterio;
todos buscando la gloria
y horizontes placenteros,
pero todo conjeturas,
pues el futuro es incierto.

   Mas a veces por voluble,
cambias, dando por supuesto,
algo que no planeabas
y no aparecía en tus sueños.
Aquellos claros indicios,
eran falsos, no eran ciertos.
Equivocaciones, dudas,
malos rumbos, desconciertos,
trastocaron mapas, rutas,
desviando del sendero
que conducía al destino 
que mostraban los anhelos.

   Todo llega y todo pasa, 
minuto a minuto, un trecho.
Trecho que nunca repite,
como el sol, fiel compañero
que llega todos los días,
aunque no lo valoremos.
Las horas van y no vuelven,
los días, rápidos o lentos,
se van sin pedir permiso,
peregrinos en el tiempo. 

   Nosotros, como los años,
llegaremos a ser viejos,
si ningún triste incidente,
impide que allí lleguemos.
Habrá unos últimos días,
habrá últimos momentos,
habrá una nueva vida,
lo mismo que un año nuevo.
Dulce esperanza la nuestra,
tras vejez, el mismo cielo.