Miradas que cautivan

   Me miraste, te miré
y se hizo cielo la tierra.
Esa mirada tan dulce
un alma pura refleja.
Es por eso que al mirarme, 
tu alma en mi alma deja huella.

    Vivo libre, en libertad,
nadie me encierra entre rejas,
mas al sentir tu mirada, 
quedó mi alma prisionera. 

   Libre, mas sin libertad...
En libertad sin fronteras,
mas cautivo por amor
a un ángel, mi  carcelera.

   Quien de verdad  haya amado,
sabe que el amor da fuerzas
pero a veces enloquece
y nuestra cordura altera.
Así, soy libre en el mundo,
mas preso en oculta celda 
que me impide alzar el vuelo
para alcanzar a mi estrella.

   Esclavo de tu  mirada
y prisionero sin rejas.
Entre penas y alegrías
vive mi alma cuando sueña.

   Es muy limpia  tu mirada,
irradia alegría y belleza.
En el día como una flor,
de  noche fulgente estrella.
Por eso me cautivó,
e hizo a mi alma prisionera.
Prisionera en libertad, 
alas rotas, ya no vuela. 
Sólo tu dulce mirada, 
el amor en mi despierta.
Loco de amor, la  cordura 
no rompe fuertes cadenas.

   Soy libre y en libertad, 
contigo mi amor supera
ser esclavo siendo dueño,
porque el amor es entrega
y verte feliz mi niña
disipa toda tristeza.

   Cuando el amor, es amor,
no miradas pasajeras, 
se vive feliz amando
aunque te ahoguen las penas.
Las dudas son un cilicio
que por dentro me laceran.
Heridas de enamorado,
son graves cuando se infectan
por el virus del desprecio
que en alas  del viento llega.
Yo te  amo con locura
y no tengo tu respuesta.

   Amar y no ser amado,
tal vez es dura experiencia,
pero el amor generoso
nos regala sus riquezas.
El egoísta que no ama
a si mismo se condena
a no saber que quien ama
es feliz cuando se entrega 
para hacer feliz al otro
que es lo que en verdad desea. 
 Así, el auténtico amor,
nos da dicha verdadera.
Es lo mejor de este mundo,
porque es el cielo en la tierra.