Hoy ha vuelto a mi memoria
desde niña mis recuerdos.
Me llegan tristes y alegres,
de todo tipo encuentro,
pero siempre se repite
lo que imaginaba en sueños.
No locos sueños dormida
que olvido cuando despierto,
me refiero a otros que tengo
que son floridos deseos,
voluntarios y queridos
para evadir sentimientos
o buscar trozos de gloria
por mil hermosos senderos.
Soñamos ya desde niños,
lo infantil es siempre bello,
ocupamos nuestra mente
en imaginar anhelos.
Cada cual a su manera,
queremos tocar el cielo
y al menos ya le tocamos
cuando tenemos los sueños
y la bóveda estrellada,
baja a darnos un beso.
Ya desde pequeñitos
deseamos siempre algo bueno
y la prodigiosa mente,
buscando gloria alza el vuelo.
Nadie sueña con dolores
ni sufrir nunca es deseo.
Los sueños son ilusiones
que se engendran, dentro, dentro,
unos llegan a nacer,
otros mueren sin remedio,
pero nada nos impide
volar con el pensamiento.
Soñemos con la esperanza
de ver cumplido el anhelo
de mejorar este mundo,
-un mundo que sí es el nuestro-
y aunque parezca utopía,
este es el paso primero,
soñar el bien para todos
nuestro íntimo deseo.
Tal vez ya no sea utopía
y pase del sueño, al hecho.
Bellísimas ilusiones,
tras el deseo se cumplieron.
Otras, cual muchas semillas,
mueren en estéril suelo,
más ninguna daría fruto
si no se siembran primero.
Sueña y cultiva esperanza
y amor fertilice el sueño,
sueño de darle a este mundo
lluvia con gotas de cielo.
lluvia con gotas de cielo.
