Nos curan las heridas

   Aunque sin alas, son ángeles
custodios de nuestras vidas
que nos  curan y consuelan
cuando mostramos heridas,
las heridas en el cuerpo
y las del alma escondidas. 

    ¡Cuánta hermosura en sus actos!
¡Con qué dulzura nos miran! 
¡Cuánto sacrificio ofrecen!
¡Sólo el amor los motiva,
por eso son incansables
frente al dolor día a día!

   Todos en la sanidad
suelen ser una delicia.
Nos dan rosas a nosotros,
ellos limpian las espinas.
Por mitigar el dolor
nos obsequian su sonrisa.
¿Qué más pueden alegar
quienes sus fallos critican?
Son  humanos, se equivocan,
como todos en la  vida.

   De vez en cuando hay algunos
indignos  de esta familia
que no saben que el amor
es la mejor medicina. 
Quien sólo actúa por dinero
que otra profesión elija.
Nunca estarán satisfechos
por suerte son  minoría.

   Canto a quien nos restaura,
canto a quienes nos cuidan.
Que el  cielo sea su premio,
y tengan  dicha en su vida. 
Deseo que estas flores,
den perfume de alegría.
Si aliviáis el sufrimiento...
¡Sean vuestras vidas benditas.