Soñando vivo mis sueños


    En mi paseo matinal, 
camino hacia la playa, 
aquí a la orilla del mar
que algo siempre me regala,
silente a él  me acerco 
disfrutando sus bonanzas.
Sus aguas  tan olorosas
jugando con olas blancas.
Me embelesan sus murmullos
que dan calma y relajan. 
Voy buscando paz, sosiego
para  serenar el  alma.

   Hasta el ambiente es propicio, 
sin ruidos que molestaran. 
Siento un dulce placer,
aroma de mar y playa.
El murmullo de las olas,
es cual sirenas que cantan.
Un relativo silencio
me lleva donde deseaba. 

No puedo ver horizonte,
brumas lo difuminaban.
Me siento aislada del mundo
mis sueños se despertaban 
y unidos a mis recuerdos
de mi mente se adueñaban.

  Los recuerdos y nostalgias
de épocas ya pasadas.
Las alegrías presentes
que siento volando pasan.
Las ilusiones  que anhelo, 
quiera o no quiera, me enganchan.
A veces, todo se mezcla, 
la imaginación alarga 
estos momentos de dicha
que mi alma  deseaba,
soñando cual jovencita,
adolescente alocada.

   Aquella niña de ayer...
¿Consiguió lo que deseaba?...

   Se han cumplido muchas  cosas,
otras fueron denegadas.
Algunas  tomaron vida, 
aunque algo desfiguradas.
Las demás, en laberintos,
perdidas, sin encontrarlas. 
Sólo quedan los recuerdos, 
de sentidas remembranzas
de los seres tan amados,
nunca se olvida a quien se ama. 

   Hubo momentos felices
y cayeron muchas lágrimas.
Esto ayuda hoy vivir,
tal vez a llorar mañana,
pero es nuestro íntimo ser,
sólo Dios ve nuestra alma.

   El presente una delicia,
aires de mar y montaña,
sosiego que favorece
y regala paz y calma. 

   La mente sigue pensando,
la mente nunca descansa
y nos acerca los sueños,
estos vuelan , corren, saltan
despertándonos con mimo
con caricias deseadas.
Los sueños son incansables, 
los sueños nunca se gastan
y nos presentan sus flores, 
cual anhela nuestra alma.

   Soñé, soñé largo rato, 
también  sueño siendo anciana.
Lo que hoy los sueños me ofrecen
es una dulce esperanza,
lo que mucho necesito, 
lo que la fe me regala
y pido a Dios me acompañe,
hasta cuando esté en la playa. 

   Este elocuente silencio,
dice más que quienes hablan
sin pensar en lo que dicen, 
pues tienen dormida el alma. 

    Soy esa joven de ayer,
soy esa niña lejana,
soy esa mujer adulta,
soy una persona anciana,
soy todo y hoy lo vivo
con alegría y esperanza.
Sé muy bien que en este mundo,
todo lo que llega, pasa.