Sentimientos y oración


   Me ha despertado contenta...
Alegría  y optimismo
siento muy dentro, muy dentro
y me dan un gran alivio.
Anoche me sentía preso,
esclavo de mis  instintos.
Empiezo el día con fuerzas
para emprender mi camino.

   Es fresca la mañanita,
a flores cubre el rocío
y a mi alma entusiasmada ,
tu manto le da cobijo.
Mil gracias ¡Oh! Virgen Santa,
de ti viene el regocijo.
A veces me siento débil,
me dominan los caprichos,
sin ánimos para luchar,
voy rodando hacia el abismo.
Ahora siento que me dices....
¡Acércate, eres mi hijo!
¡No temas, te daré fuerzas,
vencerás al enemigo!
Ya sabes que es persistente
el poder de los malignos,
pero aquí, bajo mi amparo, 
estarás bien protegido.

   Dios quiso que fuera Madre
del  humano desvalido.
Me lo pidió así Jesús,
Jesús que es Dios y mi Hijo.
Dios y sangre de mi sangre, 
como el buen  Creador lo quiso.
Por eso yo estoy con EL...
Os ofrezco paz y alivio.
Cuando el  mundo y las pasiones,
os hacen del mal cautivos,
yo con  amor, en  silencio,
riego el corazón  marchito
y mi  mano acariciando,
va mostrando el buen camino.

   La fe nos da la esperanza, 
la Virgen nos da cobijo
y con su amor y su ejemplo,
nos va acercando a Cristo.
¡Gracias Oh Virgen María, 
el Señor está contigo!
Por eso a ti recurrimos
cuando estamos en peligro.
Líbranos de tantos males
como causa el enemigo.
Evita en nosotros siempre,
la soberbia y egoísmo.

   Eres Madre y poderosa...
Con Dios, poder infinito.
Protege al mundo de males
que hacen sufrir a tus hijos. 
Además de otros desastres, 
ahora este virus maligno.
A ti me ofrezco y te ruego
que des al mundo tu alivio.
Ruega al Creador  por nosotros....
¡María, Madre, en ti confío!