Llego ya la primavera


   Hasta el aire nos trae aromas
de variadas flores bellas,
brotan frescas por doquier,
en jardines y praderas.
Cultivadas o espontaneas,
don de la naturaleza.
 
   Las tenemos a la vista
adornando con belleza
para disfrute de algunos, 
otros, ni miran para ellas.
 
   Las flores están ahí, 
sin condiciones se muestran, 
pero observamos que a muchos,
nada bonito  interesa. 
Ni en su perfume se fijan, 
ni el colorido embelesa,
de sus  primorosas formas
 no parecen darse cuenta.
 
   La hermosura de las flores,
sin duda alguna está en ellas, 
pero sabe apreciarla
quien tiene el alma dispuesta.
 
   Miles, millones de flores,
casi todas, belles, bellas
y para algunos no existen,
no está en ellas su conciencia. 
Pasan de largo, no gozan
estos regalos, no aprecian
son belleza y  bondad 
que siempre algo nos rodea.
Está claro que disfruta
quien tenga el alma abierta
a los dones de la vida, 
la bondad y la belleza, 
la sonrisa de los niños,
un cielo en nuestra tierra
o mil detalles hermosos
de almas generosas buenas.
 
    ¿Con que disfrutan algunos?...
¿Con placeres y riquezas?...
Ambas fallan con el tiempo
dejan profunda tristeza. 
la alegría que proporciona, 
vivir con el alma atenta
a estos pequeños detalles
que obsequia la primavera
y todos los días del año
si a nuestro paso se observa
la hermosura de lo hermoso, 
de lo bello, la belleza.