Estrellas y rosas

   Soñaba la niña...
-¿Alguna no sueña?-
Suspira profundo
mirando una estrella,
rutilante, hermosa,
fugaz , la contempla
surcando los cielos
en veloz carrera.
Duró un instante,
pero era tan bella
que la jovencita,
prendada se queda
de tanto fulgor,
de tanta belleza.

   Es exuberante
en la primavera,
el lindo jardín
que tiene a su vera.
Camino de rosas,
visto desde fuera.
Frondoso pensil
que a ella embelesa.
Pasan unos días,
las rosas se secan,
pero en el rosal,
las espinas quedan
y en sus remembranzas,
¿dolor o belleza?...

    Nuestra linda joven,
de soñar no cesa.
Las noches son largas
pues soñando vela, 
buscando los brillos 
de fugaz estrella.
A veces ocultas 
tras las densas nieblas,
pierde la esperanza
de volver a verlas.

   Sus vivencias dentro,
con nostalgia quedan,
así al recordarlas,
sólo ve la esencia.

   Las ve más bonitas
que lo que ellas eran,
en bóveda onírica,
fantasía y quimera.
Ya no le deslumbra 
en la noche negra,
el astro fugaz,
que ella bien recuerda,
ni en verde  jardín,
la rosa se seca.

   Los recuerdos vienen
y siempre presentan
las cosas hermosas
todavía más bellas. 
Misteriosamente,
sin pedirlos llegan
a través del tiempo
tan frescos se acercan.
Nos traen alegría
o pena y tristeza,
según sea el aroma
que quedó en las huellas.

   Cada uno en sus sueños,
lo que anhela sueña.
Sueñan jovencitas,
sueñan las abuelas,
rodeadas de rosas,
contemplando estrellas,

   Si el amor es guía
en la dura senda,
el las acompaña
con dones y fuerza. 
Fuerza misteriosa,
que obtiene  quien sueña
y que necesita
la niña que vela,
acunando sueños
de amor que desea.

   Sueños y recuerdos
de interior esencia.
A veces los sueños,
es lo que nos queda,
cuando no logramos
tocar las estrellas.