Lo hermoso es breve

   Precioso está este jardín,
por donde quiera que miras,
es genuina la belleza,
todo aquí es una delicia.
Cuantas horas de trabajo,
-trabajo que es alegría-
habrá derrochado en él,
quien le cultiva y le cuida.
Nos demuestra que su dueño,
cada rincón limpia y mima.
Las flores son el regalo
que tiernamente acaricia.
Son el premio a la tarea
que con esmero realiza.

   La felicidad es flor
que vive una breve vida.
Es hermosa cual ninguna,
es de belleza exquisita.
Las dos fugaces, hermosas,
las dos numen de poesía,
las dos piden un esfuerzo
si queremos conseguirlas.

   Las flores dan en su ambiente,
sus aromas, suaves, ricas.
La felicidad es la esencia,
de ilusiones conseguidas,
de bellos sueños logrados,
de un amor que ardiente vibra,
de humilde aceptación
de la rosa con espinas,
de la entrega al ser amado,
de generosa acogida
a lo divino y lo humano,
con fe humana y divina,
con la  esperanza gozosa
de cruzar a la otra orilla,
guiados por una luz
que en  el camino ilumina
como faro en noche oscura,
en la dura travesía. 
Todo envuelto en el amor,
sin el cual, no existirían
ni felicidad ni flores
pues es él, quien las cultiva.

   Aunque fugaces las dos,
ambas son una delicia.
Gozarlas algún momento
es anhelo de esta vida.
Cada uno a nuestra manera
lo que la mente nos dicta.
Ninguna flor dura mucho,
es pasajera la dicha,
mas seguiremos deseando,
en momentos conseguirlas,
hasta cumplir el gran sueño...
Lograr la definitiva.