Bahía de Santander

   Cantábrico, mar bravío...
Cuando le soplan los vientos
entra buscando refugio
en Santander, tierra adentro.
La costa ofrece cobijo
como regazo materno,
aceptando las  caricias 
del agua en su movimiento.

    Bahía de Santander,
eres un lugar de ensueño,
capricho del gran artista
que modeló el universo
y dejó sus gracias mil, 
en este rincón tan bello
donde tierra y mar se besan
con el más plácido beso.

   Contemplando tu belleza, 
despierta en mi el deseo
de zambullirme en tus aguas
para quedar allí preso.
Desde el mar, ver lo bonito
del entorno y su embeleso
y cruzar de orilla a orilla,
gozando de lo que veo.

   Desde la costa veo el mar,
hoy su encanto es perfecto,
sus aguas guardan reposo
pues no las acuna el viento.
Es por eso que observando
parecen nítido espejo
que refleja la hermosura
de un entorno verde y  bello,
la costa y las montañas,
con sus parajes de ensueño
y el indescriptible encanto
de las nubes y del cielo
que  se miran desde lo alto 
dando brillo a su reflejo.

   Yo no encuentro las palabras
para escribir lindos versos
que describan tu hermosura
que expliquen lo que yo siento.
Eres la novia del mar, 
refugio del marinero
que te abraza enamorado
cuando se acerca a tu puerto. 
 Musa para los poetas
despertando  sentimientos
dormidos y ahora se quedan
para siempre en unos versos.
A quienes sufren y  agobian, 
ofreces dulce sosiego,
al pasear por tu orilla
llega la paz como obsequio.

   Buscando lo más bonito,
me acerco a ti y lo encuentro.
Eres don, eres regalo, 
paraíso de mis sueños,
 edén de mil maravillas
bella antesala del cielo.

   Bahía de Santander
obra del mejor Maestro
que te colmó de hermosura
y aquí quedas como obsequio.
Gracias por este regalo
que no caduca en el tiempo.
Gracias por el tierno idilio
tierra y mar se dan un beso.
Gracias por esta belleza
que no cabe en pobres  versos.
Gracias a Dios que lo creó
como preludio del cielo.