Un trozo de gloria

   Quería subir muy alto,
quería despegar del suelo,
quería volar, volar,
quería irme ya, lejos,  lejos.
Tan lejos como pudiera,
hasta poder tocar cielo. 

   Eran tan fuertes mis ansias 
y tan grandes mis anhelos,
que  vivía la utopía,
como si fuera algo cierto. 

   El sueño era  muy hermoso,
pero  nada más que  un sueño.
Yo lo vivía confundida,
dominándome el deseo
de aislarme de las miserias
que en este planeta observo.
Sólo la imaginación, 
puede loca alzar el vuelo.
El deseo nos ilusiona,
pero hemos de poner freno.
No siempre lo que soñamos,
nos coincide con lo auténtico.
Ícaro y algunos más,
murieron en el intento. 

   Ahora en un vuelo interior,
doy rienda suelta a mis sueños.
Mi ardiente  y fiel fantasía,
disfruta unos momentos,
del jardín de las delicias,
del edén de mis recreos.
Hasta él puedo llegar,
silente y en el silencio
porque el ruido desvanece,
cualquier proyecto de vuelo.

   Quiero aislarme del bullicio,
quiero vivir mis anhelos,
quiero disfrutar mi ideal,
quiero... ya sé lo que quiero:
Tocar un trozo de gloria
sabiendo que es bello sueño.