¿Por qué me esperas?...

¿Por qué me buscas, amor,
constante y fiel noche y día,
sin desistir de tu empeño,
ante mi cruel negativa?
Siempre me estás esperando
tu paciencia es infinita,
no te rinden los desaires
que mi ingratitud prodiga.
Me diste la libertad
para que yo libre elija
y esta voluntad, soberbia,
la libertad esclaviza.

Soy traidora a mis principios
por salirme con la mía.
¡Qué poquito es lo que valgo!,
escojo ruta prohibida
olvidando que esa senda,
no tiene a meta, salida.
Tu caminas a mi lado
vaya despacio o con prisa
para siempre recordarme
lo importante en esta vida.
Me enseñas cómo se ama,
amando tu sin medida
y en las noches estrelladas
con tan bellas lucecitas,
me dices que no es el cielo,
lo que vemos allá, arriba.
El cielo es reino de amor,
Misericordia divina,
donde se vive amando,
siempre en perfecta armonía,
porque Dios está presente
y su amor es luz y vida.

Perdóname ¡oh Señor!
Soy soberbia y mezquina.
Hoy de tu amor infinito,
lo que es amar aprendía,
por eso vuelvo hacia ti,
por senda desconocida,
porque se que llega a ti,
quien e tu ruta confía.