Belleza y paz

   Lejos del mundanal ruido,
allá cerquita del cielo,
hermoso entre los hermosos, 
surge este hermoso pueblo.
Dobres* remanso de paz,
mucha  belleza y silencio.

  Resguardado por picachos
a los ojos del viajero, 
sólo muestra  sus encantos
cuando al acercarnos vemos
que es cual perla protegida,
pero más que perlas bello.
Es único, es diferente,
sus paisajes son de ensueño.
Picachos de blanca roca,
marco de este lindo pueblo,
son su artístico horizonte,
por encima, sólo el cielo. 

  Desde el suelo su belleza, 
parece casi de cuento.
Dobres nido en las alturas
de mil pajaritos sueltos,
unos, volando en las cumbres, 
otros, por el mundo entero.

   Cuna de humanos valientes
que a ser fuertes aprendieron
en la escuela de la vida,
a veces con clima adverso,
pero al calor del hogar,
de la familia y del fuego.
En esta preciosa aldea,
la familia es lo primero.
Amarrados con sus lazos,
no olvidan lo que vivieron
aprendiendo de sus padres
y mayores, con su ejemplo.

   En cualquier lugar del mundo
donde los lleven los vientos,
siempre tendrán como guía, 
la honradez de sus ancestros,
padres, abuelos vecinos
que  fueron guías y modelos.

   La belleza de este pueblo,
evidente a los viajeros,
no sólo son los paisajes
que imborrables yo recuerdo,
son sus gentes sus costumbres,
su armonía y su silencio.
Yo te siento  incomparable,
Dobres, pueblo lebaniego.
Eres cual flor escondida
en la antesala del cielo.



*Dobres, es uno de los pueblos de montaña, ubicado en uno de los lugares más bellos que se pueda imaginar.